Mentiría si dijera que todos los días desde que me embarqué en la aventura emprendedora han sido fáciles y bonitos. Por su puesto que no lo han sido.
Pero por suerte o por desgracia creo que siempre he sido positiva, y me ha gustado centrarme más en la soluciones más que en los problemas. Soy un poco pesada y siempre repito lo mismo, "para mi hay dos tipos de problemas, los que tienen solución, y los que no la tienen", en el caso de los segundos, lo mejor es dedicarles el tiempo justo y pasar al siguiente tema, los problemas de tipo uno son perfectos, sólo hay que solucionarlos. En la mano de cada uno está, atascarse en ellos, u optar por buscar la solución.
Dicho esto, claro que no ha sido todo bonito, y que cada día surgen y surgirán nuevas situaciones a las que hacer frente, está más que claro. Pero la cuestión no es el problema, es como cada uno hace frente a él.
En mi caso, recuerdo el día en el que por fin tomé la decisión de dejar mi trabajo. Para Just-Ene, era y es clave el diseño y la fabricación. Y parte de su éxito o no tiene y tendrá que ver con ello. Cuando empecé a pensar en la idea, hablé con una amiga diseñadora, a la que estaré eternamente agradecida por ser uno de los motores y de los motivos por los que seguí persiguiendo el sueño. Por supuesto, viniendo del sector financiero no sabía si había muchos diseñadores o pocos, ni donde estaban, ni en que ambiente se movían, ni como saber si eran buenos o malos. Mi "entrevista de trabajo" a María se limitaba a mirar sus zapatos y a saber si sabía diseñar, y con esto para mi era suficiente para seguir dándome impulso. María también pudo hablar con su antiguo fabricante, y me dijo que la fabricación par a par no era algo imposible. Que se podía conseguir.
Lo tenía todo, alguien que sabía diseñar, alguien que sabía de comunicación y quería participar en la sociedad, la tranquilidad de que el producto se podía fabricar y una persona que me ayudaría para encontrar al equipo tecnológico.....Esto era Julio de 2013. El día 31 dejé mi trabajo, feliz.
Pues bien, en agosto de 2013, el antiguo fabricante de María decía que cualquier fabricante pedía más de 100 pares para fabricar, María con todo su buen criterio me dijo que no podía involucrarse en el proyecto al nivel que el proyecto requería y mi socia especializada en comunicación no tenía suficiente tiempo y prefería no participar en el capital de la empresa por la inversión que requería....
Desde luego, podría parecer que una enorme nu
be negra se había puesto sobre mi. Pero creo que en general, estas situaciones nos ayudan a todos a agudizar el ingenio.
A la semana, había sacado una lista de 1.000 fabricantes en España, recibido recomendaciones de otros tantos, había contactado con escuelas de diseñadores en Alicante (ya puestos a pedir, que estuvieran cerca del lugar de producción) y puesto una oferta para diseñadores en una web de trabajos relacionados con la moda. En una semana más, tenía 2 fabricantes dispuestos a fabricar el par a par, había recibido más de 50 curriculums de diseñadores, "entrevistado" a otros tantos (creo que casi me entrevistaban más a mi que yo a ellos, cosas de emprender supongo), y había acordado con mi ex-socia mantener la relación profesional y estudiar si queríamos la inversión en un futuro.
Todo sea dicho de paso, la fabricación no se solucionó tan fácil. Cuando fui a ver a estos dos posibles fabricantes, a ninguno le convenció la idea de interrumpir su producción de 2.000 pares para Versace, Armani o Rebeca Sanver para el par de zapatos de una chica con mucha ilusión pero con pocas ventas. Mi producción era más bien un incordio....
Pero por el camino me encontré a Mar. Mar es y era justo lo que necesitaba en ese momento. Encontré a una persona muy válida, polivalente, que se creía el proyecto y le gustaba, con la que encajaba perfectamente a nivel personal y que además se preocupaba tanto o más que yo por controlar el coste de fabricación de la empresa. No se me olvidará nunca el segundo día que quede con ella. Día 24 de Septiembre, Alicante. Quedé con ella a las 11:30 AM, pero tenía entrevistas con otros diseñadores a las 12:30, 13:30, 16:00 y 17:30. Por fin entendí a mi antiguo jefe cuando se iba Londres y decía que tenía un hueco a la hora de comer, me sentía igual. No obstante, nunca vi a ninguno de los otros diseñadores. Mar y yo estuvimos hablando desde las 11:30 de la mañana hasta las 3 de la madrugada. Había encontrado a mi compañera de viaje. A parte de las funciones de diseño, control de calidad, producción y un largo etcétera, Mar es más que eso, es una fuente de ideas, apoyo e iniciativa a todos los niveles.
Mar fue también la persona que encontró a nuestro fabricante. Después de varias visitas fallidas por mi parte, incluso con una presentación en mano para convencer a alguien para que me fabricara (después de mis años en el sector financiero pensaba que esto solucionaría algo), se me empezaban a agotar algunos recursos. Y fue ella quien encontró a nuestro fabricante. Esta fue sin duda entre otras muchas, una de las grandes aportaciones de Mar. Encontrar a un fabricante que creyera en el proyecto, que primara la calidad y el detalle y que además fuera una excelente persona.
No se si en la vida todo pasa por algo, o que las cosas pasen simplemente nos obligan a mejorar. Pero sin duda, si volviera atrás en el tiempo, desearía que todo pasara exactamente igual que como ha pasado.







