martes, 11 de febrero de 2014

La importancia de no darse por vencido


Mentiría si dijera que todos los días desde que me embarqué en la aventura emprendedora han sido fáciles y bonitos. Por su puesto que no lo han sido.

Pero por suerte o por desgracia creo que siempre he sido positiva, y me ha gustado centrarme más en la soluciones más que en los problemas. Soy un poco pesada y siempre repito lo mismo, "para mi hay dos tipos de problemas, los que tienen solución, y los que no la tienen", en el caso de los segundos, lo mejor es dedicarles el tiempo justo y pasar al siguiente tema, los problemas de tipo uno son perfectos, sólo hay que solucionarlos. En la mano de cada uno está, atascarse en ellos, u optar por buscar la solución.

Dicho esto, claro que no ha sido todo bonito, y que cada día surgen y surgirán nuevas situaciones a las que hacer frente, está más que claro. Pero la cuestión no es el problema, es como cada uno hace frente a él.

En mi caso, recuerdo el día en el que por fin tomé la decisión de dejar mi trabajo. Para Just-Ene, era y es clave el diseño y la fabricación. Y parte de su éxito o no tiene y tendrá que ver con ello. Cuando empecé a pensar en la idea, hablé con una amiga diseñadora, a la que estaré eternamente agradecida por ser uno de los motores y de los motivos por los que seguí persiguiendo el sueño. Por supuesto, viniendo del sector financiero no sabía si había muchos diseñadores o pocos, ni donde estaban, ni en que ambiente se movían, ni como saber si eran buenos o malos. Mi "entrevista de trabajo" a María se limitaba a mirar sus zapatos y a saber si sabía diseñar, y con esto para mi era suficiente para seguir dándome impulso. María también pudo hablar con su antiguo fabricante, y me dijo que la fabricación par a par no era algo imposible. Que se podía conseguir.
Lo tenía todo, alguien que sabía diseñar, alguien que sabía de comunicación y quería participar en la sociedad, la tranquilidad de que el producto se podía fabricar y una persona que me ayudaría para encontrar al equipo tecnológico.....Esto era Julio de 2013. El día 31 dejé mi trabajo, feliz.
Pues bien, en agosto de 2013, el antiguo fabricante de María decía que cualquier fabricante pedía más de 100 pares para fabricar, María con todo su buen criterio me dijo que no podía involucrarse en el proyecto al nivel que el proyecto requería y mi socia especializada en comunicación no tenía suficiente tiempo y prefería no participar en el capital de la empresa por la inversión que requería....

Desde luego, podría parecer que una enorme nu
be negra se había puesto sobre mi. Pero creo que en general, estas situaciones nos ayudan a todos a agudizar el ingenio. 

A la semana, había sacado una lista de 1.000 fabricantes en España, recibido recomendaciones de otros tantos, había contactado con escuelas de diseñadores en Alicante (ya puestos a pedir, que estuvieran cerca del lugar de producción) y puesto una oferta para diseñadores en una web de trabajos relacionados con la moda. En una semana más, tenía 2 fabricantes dispuestos a fabricar el par a par, había recibido más de 50 curriculums de diseñadores, "entrevistado" a otros tantos (creo que casi me entrevistaban más a mi que yo a ellos, cosas de emprender supongo), y había acordado con mi ex-socia mantener la relación profesional y estudiar si queríamos la inversión en un futuro. 
Todo sea dicho de paso, la fabricación no se solucionó tan fácil. Cuando fui a ver a estos dos posibles fabricantes, a ninguno le convenció la idea de interrumpir su producción de 2.000 pares para Versace, Armani o Rebeca Sanver para el par de zapatos de una chica con mucha ilusión pero con pocas ventas. Mi producción era más bien un incordio....

Pero por el camino me encontré a Mar. Mar es y era justo lo que necesitaba en ese momento. Encontré a una persona muy válida, polivalente, que se creía el proyecto y le gustaba, con la que encajaba perfectamente a nivel personal y que además se preocupaba tanto o más que yo por controlar el coste de fabricación de la empresa. No se me olvidará nunca el segundo día que quede con ella. Día 24 de Septiembre, Alicante. Quedé con ella a las 11:30 AM, pero tenía entrevistas con otros diseñadores a las 12:30, 13:30, 16:00 y 17:30. Por fin entendí a mi antiguo jefe cuando se iba Londres y decía que tenía un hueco a la hora de comer, me sentía igual. No obstante, nunca vi a ninguno de los otros diseñadores. Mar y yo estuvimos hablando desde las 11:30 de la mañana hasta las 3 de la madrugada. Había encontrado a mi compañera de viaje. A parte de las funciones de diseño, control de calidad, producción y un largo etcétera, Mar es más que eso, es una fuente de ideas, apoyo e iniciativa a todos los niveles.

Mar fue también la persona que encontró a nuestro fabricante. Después de varias visitas fallidas por mi parte, incluso con una presentación en mano para convencer a alguien para que me fabricara (después de mis años en el sector financiero pensaba que esto solucionaría algo), se me empezaban a agotar algunos recursos. Y fue ella quien encontró a nuestro fabricante. Esta fue sin duda entre otras muchas, una de las grandes aportaciones de Mar. Encontrar a un fabricante que creyera en el proyecto, que primara la calidad y el detalle y que además fuera una excelente persona. 
No se si en la vida todo pasa por algo, o que las cosas pasen simplemente nos obligan a mejorar. Pero sin duda, si volviera atrás en el tiempo, desearía que todo pasara exactamente igual que como ha pasado. 

viernes, 7 de febrero de 2014

La importancia del Equipo

Durante mis primeros 4 años de experiencia laboral dudé seriamente de mi capacidad para trabajar en Equipo. Estar sentada frente a frente con mi jefe sin prácticamente mediar palabra día tras día no ayudaba en absoluto a mejorar mi sensación.

He de reconocer que soy sorprendentemente mala mintiendo, razón por la que evito hacerlo en el 99,9% de las ocasiones. Sin embargo, en este caso, no tenía más remedio que recurrir a la mentira si quería volver a trabajar en otro sitio en algún momento de mi vida. 

Como es obvio, el ¿sabes trabajar en Equipo? nunca ha faltado en una entrevista de trabajo. Dudo que alguien haya dicho alguna vez que no. Pero la realidad es que yo no lo sabía. De hecho, lo dudaba seriamente. 
Después de algunos años, parece que iba interiorizando mi "mentira", y por fin conseguí que alguien me creyera. Y tras 4 años pensando que no sabía trabajar en Equipo, pude ver en primer persona lo que esto significaba.
TeamLos primero días de trabajo en mi nuevo sitio, me dejaron sorprendida. La gente trabajaba hasta pasadas las 9 de la noche con buen humor, risas, apoyo entre compañeros....incluso desaparecía el efecto "preguntón cuando quedan 5 minutos de clase", podías preguntar a las 9 de la noche a quien quisieras, y en lugar de irse a casa, esa persona se sentaba a tu lado y te ayudaba con lo que estabas haciendo. 


Tener al director trabajando codo con codo contigo a las 2 de la mañana cuando era necesario, y que aún se ofreciera a encuadernar era, para mi, cuanto menos sorprendente. 

De repente el resto del Equipo te pedía opinión, y lo más importante, se tenía en cuenta. Después de, en tiempos pasados, haber recibido por parte de mis jefes comentarios como "no te pagan por pensar", esto me dejó ojiplática. 

Igualmente, que los nuevos proyectos, las cuentas o la política de contratación no fueran un secreto guardado en un baúl bajo llave y a 1000 metros de profundidad, ayudaba a entender las decisiones de la empresa, y a sentirte más parte del proyecto.

Empezaba a ver que los equipos no eran un fenómeno paranormal. Parecía que realmente existían. Un buen ambiente de trabajo es lo que me permitía levantarme con buen humor y una sonrisa en la cara sabiendo que la jornada duraba más de 12 horas. Trabajando más y durmiendo menos, la gente que me conoce me decía que me veía feliz y con mejor cara. Y así es, era feliz, muy feliz.

No se si lo normal es mi primera o mi segunda experiencia. No obstante, agradezco a los años de No-Equipo el haberme permitido valorar los años de SI-EQUIPO. En mi último lugar de trabajo aprendí muchas cosas, pero si tengo que quedarme con una, es sin duda esta. Lo más importante en una empresa, es ni mas ni menos, esto. Y ahora, que por fin tengo la oportunidad de formar mi pequeño Gran Equipo, esto es lo que he querido y quiero para Just-Ene. 

Realmente cuando he buscado y busco a la gente que quiero que esté conmigo, principalmente busco cuatro cosas: i) que se crean el proyecto al menos una cuarta parte de lo que yo me lo creo (que ya es mucho), ii) Que me transmitan calidad y encaje personal, iii) que entiendan que los inicios son duros, pero que esto es un proyecto de todos y que podemos crecer juntos y, iv) que, obviamente, aporten sus conocimientos y complementen a la gente que ya está

Cuando creas algo nuevo, todo el mundo se remanga. Yo misma me he autonombrado recadera y becaria del resto de compañeros. Todos tenemos un fin común, y el objetivo, tiene que ser hacerlo fácil a los demás, para que las cosas salgan bien y cuanto antes. 
Desgraciadamente para mi, no soy competente en todo lo que me gustaría, y eso significa que, si para que la gente que sí lo es tenga tiempo hay que remangarse,  por supuesto, encantada lo hago (gracias a mis años de becaria puedo picar datos, fotocopiar, encuadernar y clasificar con una destreza digna de cualquier imprenta). Nunca pensé que recortaría trozos de piel hasta la noche con una sonrisa en la cara. 

Dicho esto, tengo que decir que, a día de hoy, estoy increíblemente feliz de haberme rodeado de la gente que, día a día, hace que Just-Ene cada vez esté más cerca de ser una realidad. De tener a gente a mi lado que se cree el proyecto tanto y a veces dudo si más que yo. Que cuando tengo un día bajo (que también los tengo), es capaz de darme una colleja y recordarme que tenemos algo genial entre manos. Que cuando las cosas no salen de una forma, no se atascan y buscan soluciones (me encanta este tipo de gente), y de hecho, las encuentran antes de que yo haya empezado a preocuparme. Que sienten suyo el proyecto tanto, como para poner todo su tiempo y su esfuerzo día a día. Sinceramente, GRACIAS EQUIPO.


Team


martes, 4 de febrero de 2014

Just-Ene, “The History”

Obviously, the history of Just·Ene did not start years ago, at least not as Just·Ene…..  Just·Ene is more than an illusion, it is the materialization of a dream.


When someone asked me: “what would you do if you would win the big prize in the lottery”, I always responded: create companies without fear to go bankrupt. And, as may be clear the passed 22th of December, I officially admit that in the lottery as such I did not strike lucky.

After several unsuccessful tries to start enterprising adventures like making newspapers and sell them at 25 pesetas to our acquaintances (where would it have ended if it were not for my mom and dad?), gather pine seeds from the fallen pine cones with the illusion to sell them or putting a poster on the front-door offering menus to the neighbors with the never failing “today Tortilla”, (my favorite, let us say the only dish I could possibly cook being an 11 year old girl), finally, being 29, I found the project that filled my illusions, motioned me, and made me feel capable of doing anything to achieve it.

And this is what I did; after several years of training and working in the financial sector, I at times thought (and again I was mistaken) was going to be my work for a lifetime, I started to think of the idea of Just·Ene.

Just·Ene tries to be the answer to a common problem of many women. Who did not buy some day, with all the illusion of the world, that lovely dress for the occasion of a wedding or a party and go almost mad trying to find the perfect shoe? In my case –it may seem a sort of movie- I once spent weeks and weeks to find a pair of golden sandals for the wedding of my best friend. I don’t have any brother or sister, and she was my companion from the first day we went to the nursery, so you can imagine how important this event was for me.
But the bad luck was that, somehow, gold was not at all the trend of the season, at least it was not for the more accessible brands.
Luckily, after weeks looking around and searching at the price of 400€ (a tremendous effort for my economy) I found a pair that more or less fitted my style, and, of course, golden.
These shoes will always be on my mind: 1) for compressing my big-toe, that remained insensible for two weeks (what a relief they did not have to amputate it), 2) for the pain in my coccyx for another three weeks after I fell from the stairs of the courtesy-bus, and, last but not least 3) for being the start of Just·Ene. I must say that these weeks of pains were more than worth it. I really cannot understand, why one cannot have a pair of shoes like you want them… If we add my inclination and my obstinacy for the “do it yourself”, I thought: why isn’t there anyone who dares to put tacks on your brand-new shoes without fear to ruin an inversion of 90€?... And this is more or less the origin of Just·Ene
After months of talking to people to whom I will always be grateful for their support, impulse, confidence, motivation, knowledge, opinion and even door-slamming (why not recognize it?) and an endless list of many more things, I was prepared to make the, probably most important, decision of my life until today.

One day I woke up feeling desolate; there was something that really excited me, did ask me more, but I did not have enough time to realize. That very moment I saw it clear, and my first call was to tell my mom: “I quit from my job”. After her first reaction: “don’t rush”, “think it over, cool down”, she understood that this was what I had to do. And so I did. After working in the financial sector for 7 years, I took my box with my countless things from the office (I never saw my desk that clean), said good-bye, to great sorrow of my incredible companions, and, letting some little tear, said good-bye to the comfort-zone to make a dream come true. And still, until today, I do not regret it.

Less tan a year went by from then, and, little by little, the dream is becoming more of a reality. Today, but with time, dedication and effort, I managed to gather exceptional people around me, to whom I will be eternally grateful and in whom I trust completely to achieve the project, from design till manufacturing and technological development.

The same as, when I finally put my feet in a pair of Just·Ene, people I did not know at all, were asking me where I had them from, and for the first time in my life, made me feel as if Santa Claus and the Wise from the Orient had agreed to bring me all the presents of my interminable list of wishes.

And this is what is Just·Ene today, an experience, an illusion, a dream. A reality.

miércoles, 8 de enero de 2014

"Historia" de Just-Ene


Obviamente, la historia de Just-Ene no se remonta a años atrás, al menos no como Just-Ene…..Just-Ene es más que una ilusión, es la materialización de un sueño. 


Siempre que alguien me ha preguntado que harías si te tocara la lotería he respondido una y otra vez: «crear empresas sin miedo a quebrarlas». Y claro pasado el día 22 de diciembre, puedo decir oficialmente que la lotería como tal no me ha tocado.

Después de tratar de «empezar» sin éxito aventuras emprendedoras como hacer periódicos para venderlos a 25 pesetas a conocidos (¿que hubiera sido de nuestro negocio sin mamá y papá?), recoger piñones de las piñas caídas pensando que podían venderse o poner un cartel en la puerta de casa ofreciendo menús a los vecinos en el que siempre destacaba «hoy tenemos tortilla» (mi plato estrella, o al menos el único que una niña de 11 años era capaz de cocinar), por fin a los 29 años encontré ese proyecto que me ilusionaba, me emocionaba y por el que era capaz de dejarlo todo.

Y así lo hice, tras varios años formándome y trabajando en el sector financiero, que en algún momento (y una vez más equivocadamente) pensé que sería el «trabajo de mi vida», empecé a pensar en la idea de Just-Ene.
Just-Ene intenta ser la respuesta a ese problema con el que nos encontramos muchas mujeres. ¿Quién no se ha comprado con toda su ilusión un modelito para ir a una boda o un evento y se ha vuelto loca buscando los zapatos perfectos?, en mi caso (y aún a riesgo de sonar a película) pasé semanas y semanas buscando unas sandalias doradas para ir a la boda de mi mejor amiga. Yo no tengo hermanos, y ella ha sido mi compañera de vida desde la guardería, así que uno se puede imaginar la importancia de tal evento. Mi desgracia fue, que por alguna extraña razón, parece que el dorado no era en absoluto el color estrella de la temporada, o al menos no para las marcas más asequibles. Por «suerte» después de semanas dando vueltas conseguí encontrar unos zapatos cercanos a los 400€ (realmente esto era un gran esfuerzo para mi economía) que medianamente se adaptaban a mi estilo, y por supuesto, eran dorados. Esos zapatos por supuesto permanecerán en mi recuerdo por muchos factores, entre ellos: i) por el aprisionamiento de mi dedo gordo del pie el cual estuvo dormido durante dos semanas (qué tranquilidad cuando me dijeron que eso no significaba que fuera necesario amputar); ii) por el dolor en la rabadilla otras tres semanas adicionales tras caer por las escaleras del autobús de la boda; iii) y por supuesto, y lo más importante, por ser el inicio de Just-Ene. Mucho han merecido la pena estas semanas de dolor.
La realidad es que no entendía por qué no podías hacer los zapatos como tu quisieras….. Si a eso añadimos mi afán a la vez que torpeza por el «hazlo tu mismo», pensé: ¿por qué no hay nadie que pueda poner tachuelas en tus zapatos sin miedo a arruinar tu inversión de 90€ en el zapato que has comprado?.. Y este es sin más ni menos el origen de Just-Ene.

Tras meses hablando con gente a la que estaré eternamente agradecida por su apoyo, impulso, confianza, ganas, conocimientos, opinión, portazos (¿por qué no reconocerlos?) y un sinfín de tantas otras cosas, fui capaz de tomar probablemente una de las decisiones más importantes de mi vida a día de hoy. Un día, me levanté de la cama triste, había algo que realmente me ilusionaba, que exigía más de mi, y para lo que no tenía el suficiente tiempo. En ese momento lo vi claro, mi primera llamada fue para decir «mamá, dejo el trabajo», tras la evidente reacción inicial, de «estás loca», «piénsalo en frío», ella entendió que realmente era lo que tenía que hacer. Y así lo hice. Tras 7 años trabajando en el sector financiero, cogí mis innumerables bártulos (nunca vi mi mesa tan despejada como cuando me fui), me despedí con mucha pena de mis increíbles compañeros y con alguna que otra lagrimilla dije adiós a la zona de confort para hacer realidad un sueño. Y todavía, a día de hoy, no ha llegado el día en el que me haya arrepentido de ello.

No ha pasado ni un año desde entonces, y poco a poco el sueño cada vez parece más una realidad. A día de hoy, y no sin tiempo, dedicación y esfuerzo, he conseguido rodearme de gente excepcional a la que estaré eternamente agradecida y en la que confío ciegamente para llevar a cabo el proyecto, desde el diseño, pasando por la fabricación o el desarrollo tecnológico. 

Igualmente, calzar por fin un Just-Ene y que desconocidos preguntaran por mi zapato me hizo sentir como, si por primera vez en la vida, Papa Noel y los Reyes se hubieran puesto de acuerdo para traerme todos los regalos de mi interminable lista.

Y esto es lo que a día de hoy es Just-Ene, una experiencia, una ilusión, un sueño. 

viernes, 4 de octubre de 2013

Primer obstáculo: la fabricación

Creo que el principal motivo por el que nunca había intentado emprender mi propio negocio era que realmente no veía el cómo hacerlo. Era (todavía más si cabe) "joven e inexperta" y o pensaba que requería mucha inversión que por supuesto no tenía y tampoco sabía como conseguir, o me faltaban conocimientos para llevarlo a cabo.
Sin embargo, esta ha sido la primera vez que he sido capaz de estructurar (con más o menos acierto) en mi cabeza el "qué necesitaba" y el "cómo conseguirlo"....

Estaba claro que si si quería vender un producto, mi primera prioridad era "tener producto". 

Tenía que ver si lo que tenía en mente era viable o no. Encontré competidores que habían empezado a hacer esto con razonable éxito en Australia, Reino Unido y EE.UU y curiosamente todos fabricaban en China....por lo que mi cabeza no hacía más que pensar que si esta gente era capaz de producir pequeñas cantidades de calzado en China ("mass production por excelencia), ¿por que no lo íbamos a poder hacer en España que disponíamos de una de las mejores industrias del calzado a nivel global???. Obviamente me he estado aferrando a esto como a un clavo ardiendo para tener la fuerza necesaria para no dejar de lado mi idea. Y no ha sido fácil.

Hice memoria sobre mi agenda y recordé haber conocido en Navidad de 2012 a una mujer excepcional que curiosamente se había dedicado durante un tiempo de su vida al diseño de calzado. Aprendí entonces lo que era una horma (esto aunque quede aquí por escrito, lo negaré siempre ;)), y me hizo ver más allá del zapato que ves finalmente en la estantería de una tienda. A ella si le pareció algo posible, lo que me proporcionó cierta relajación respecto a la viabilidad del producto. Sin mis conversaciones con María, casi con toda seguridad hubiera desestimado mi idea en el minuto 3, y gracias a ella de momento sigo avanzando con ello hasta que alguien me demuestre que no es posible.

Todo sea dicho de paso, a pesar de este gran impulso que era muy necesario, encontrar a un fabricante no ha sido tarea fácil, y desde mis primeras conversaciones hasta que lo he conseguido ha habido una criba de una lista de 900 fabricantes en España, muchas llamadas a gente que pudiera ayudarme (mil gracias Julián, Gonzalo y Javier por las referencias!), llamadas a fábricas que no querían ni oír hablar de producciones de menos de 100 pares por pedido, visitas varias a fabricantes (las últimas hasta con presentación en mano) y conversaciones con mucha gente que por fin después de 6 meses han dado sus frutos. El cómo....me lo reservo para el siguiente post.



Un abrazo!!


domingo, 29 de septiembre de 2013

Abandono de la zona de confort: Empieza la aventura

Aquellos que me conocen...saben que siempre he sido algo cabezota (no os hagáis ilusiones, lo sigo siendo), pero esta nueva experiencia me está descubriendo otra parte de mi misma. Si algo está claro, se aprende más escuchando que hablando, y me atrevería a decir que de todas y cada una de las personas con las que he hablado en estos meses, he conseguido sacar algo positivo, un apoyo, una visión, una idea, un algo. Sinceramente, gracias a todos por aportar vuestro "algo" a este proyecto que poco a poco va cogiendo forma. 

La aventura está siendo apasionante, dinámica, divertida, social...y muchas cosas más. Y sorprendida estoy todavía de ver el grandísimo apoyo con el que me estoy encontrando. 

Dicho esto....Pues, el primer paso fue, convertir el "cuarto de los trastos" en "mi despacho". Acomodar más de cuatro bolsas extragrandes provenientes de la ya "antigua" oficina en mi nuevo despacho no fue tarea fácil....y el haber convertido mis únicas dos estanterías de libros en zapateros no fue de gran ayuda. Menos mal que Ikea pudo dar respuesta relativamente rápida (no exenta de esfuerzo) a estos problemas. 
Cuando por fin eso comenzó a tener forma de despacho, tengo que reconocer que sentí cierto vértigo. Pasar de una oficina llena de gente increíble, y con un ambiente de trabajo excepcional a un despacho, con una sola mesa y mi gato como único compañero desde luego no es de la imágenes más atractivas que se me pasaron por la cabeza....todavía siento como si fuera ayer mi último día en la oficina, miraba a todas partes como si fuera la última vez que fuera a ver todo eso, y todavía me sorprendía de haber podido dejar mi mesa completamente despejada, algo que no había conseguido en 3 años. Después de unas horas, empecé a asumir que no era el fin del mundo y que la gente no desaparecía para siempre. Así que pude armarme de valor y salir de la oficina casi de noche.

Estaba claro que ya no había vuelta atrás.... y todavía hoy no ha llegado el día que me haya arrepentido ni un segundo de la decisión que he tomado.


sábado, 28 de septiembre de 2013

Feliz primer día

Hace ya cerca de 2 meses una gran amiga me dijo: "hoy es el primer día del resto de tu vida"....y cada vez que lo pienso todavía se me pone la piel de gallina, aunque ya han pasado cerca de 2 meses!

Desde ya mi último año de carrera, ya tenía claro (clarísimo) que mi futuro pasaba por la bolsa y los mercados financieros. Hice cuanto estuvo en mi mano por dedicarme a ello, y lo conseguí. 

No obstante, casi 8 años más tarde, una vez más he demostrado mi pasmosa habilidad para equivocarme, y aquí estoy, liándome la manta a la cabeza, dejando una estabilidad y un trabajo fijo en los mercados financieros para dedicarme a mí misma, a algo que me motiva y me ilusiona. 
Menos mal que, después de casi 30 años, poco a poco me voy conociendo, y creo saber que sin motivación no soy nadie. 

Siempre me había rondado la idea de montar mi propio negocio, pero me parecía algo harto complicado, y siempre a falta de una idea que aportara algo distinto. Siempre dije que si me tocara la lotería me dedicaría a crear empresas sin miedo a quebrarlas. Hasta que por fin, tuve un momento de lucidez, y encontré algo en lo que pensaba que podía aportar algo....

Ya desde marzo de este año empecé a comentar mi idea con la gente cercana, conociendo a gente nueva y testeando la viabilidad de lo que sería mi empresa. Y cada vez me reafirmaba más en la idea de que mi idea tenía sentido. Y claro, llegó un momento en el que mi idea necesitaba avanzar y mi trabajo de 14 horas diarias no ayudaba en exceso....cuando tenía ganas no tenía tiempo y cuando tenía tiempo no tenía ganas. 

Un día por alguna extraña razón me levante con ganas de llorar, triste por no poder dedicar mi tiempo al proyecto que me hacía feliz. Siempre he pensado que suelo sobrellevar las cosas bastante bien, no suelo atascarme en los problemas y les dedico el tiempo justo y necesario cuando no tienen soluciones. Si la solución es posible, intento aplicarla tan pronto como puedo. Así que eso hice, pensé que levantarme con una lágrima en los ojos todos los días no era algo que me apeteciera en exceso, así que descolgué el teléfono, llamé a mi madre y le dije: "Mami, dejó el trabajo", después de los primeros 2 minutos en los que mi madre pensaba que literalmente había perdido el tornillo que me quedaba, me entendió, y no ha dejado de darme su fuerza y apoyo hasta ahora (¡Gracias Mami!!! :) :) ). También hablé con gente cercana, gente que había vivido la misma experiencia, con mis jefes y reforcé mi idea de que realmente esto era lo que quería y tenia que hacer.....y así lo hice.

Así que aquí estoy, haciendo transferencias de la cuenta de mis ahorros a la cuenta de la hipoteca con una sonrisa de oreja a oreja, avanzando en lo que espero y deseo que sea mi nuevo modo de vida durante mucho tiempo. Disfrutando de mi nueva situación laboral: "emprendiendo"

Y que pretendo con este blog....pues la verdad, compartir con todos aquellos que les interese mi aventura emprendedora, mis vivencias, avances y todo aquello que a mi me apetezca, que para eso es mi blog ;).

Pero bueno, seré buena persona, y como soy consciente de que la capacidad de concentración humana (o al menos la mía) es limitada, dejaré para segundas, terceras y X partes el qué y el cómo de esta aventura.

Para los que hayáis llegado hasta aquí....pues que menos!!! agradeceros esos minutos de atención que habéis dedicado a leer mi "inicio de aventura"!

Un abrazo fuerte!