Durante mis primeros 4 años de experiencia laboral dudé seriamente de mi capacidad para trabajar en Equipo. Estar sentada frente a frente con mi jefe sin prácticamente mediar palabra día tras día no ayudaba en absoluto a mejorar mi sensación.
He de reconocer que soy sorprendentemente mala mintiendo, razón por la que evito hacerlo en el 99,9% de las ocasiones. Sin embargo, en este caso, no tenía más remedio que recurrir a la mentira si quería volver a trabajar en otro sitio en algún momento de mi vida.
Como es obvio, el ¿sabes trabajar en Equipo? nunca ha faltado en una entrevista de trabajo. Dudo que alguien haya dicho alguna vez que no. Pero la realidad es que yo no lo sabía. De hecho, lo dudaba seriamente.
Después de algunos años, parece que iba interiorizando mi "mentira", y por fin conseguí que alguien me creyera. Y tras 4 años pensando que no sabía trabajar en Equipo, pude ver en primer persona lo que esto significaba.
Los primero días de trabajo en mi nuevo sitio, me dejaron sorprendida. La gente trabajaba hasta pasadas las 9 de la noche con buen humor, risas, apoyo entre compañeros....incluso desaparecía el efecto "preguntón cuando quedan 5 minutos de clase", podías preguntar a las 9 de la noche a quien quisieras, y en lugar de irse a casa, esa persona se sentaba a tu lado y te ayudaba con lo que estabas haciendo.
Tener al director trabajando codo con codo contigo a las 2 de la mañana cuando era necesario, y que aún se ofreciera a encuadernar era, para mi, cuanto menos sorprendente.
De repente el resto del Equipo te pedía opinión, y lo más importante, se tenía en cuenta. Después de, en tiempos pasados, haber recibido por parte de mis jefes comentarios como "no te pagan por pensar", esto me dejó ojiplática.
Igualmente, que los nuevos proyectos, las cuentas o la política de contratación no fueran un secreto guardado en un baúl bajo llave y a 1000 metros de profundidad, ayudaba a entender las decisiones de la empresa, y a sentirte más parte del proyecto.
Empezaba a ver que los equipos no eran un fenómeno paranormal. Parecía que realmente existían. Un buen ambiente de trabajo es lo que me permitía levantarme con buen humor y una sonrisa en la cara sabiendo que la jornada duraba más de 12 horas. Trabajando más y durmiendo menos, la gente que me conoce me decía que me veía feliz y con mejor cara. Y así es, era feliz, muy feliz.
No se si lo normal es mi primera o mi segunda experiencia. No obstante, agradezco a los años de No-Equipo el haberme permitido valorar los años de SI-EQUIPO. En mi último lugar de trabajo aprendí muchas cosas, pero si tengo que quedarme con una, es sin duda esta. Lo más importante en una empresa, es ni mas ni menos, esto. Y ahora, que por fin tengo la oportunidad de formar mi pequeño Gran Equipo, esto es lo que he querido y quiero para Just-Ene.
Realmente cuando he buscado y busco a la gente que quiero que esté conmigo, principalmente busco cuatro cosas: i) que se crean el proyecto al menos una cuarta parte de lo que yo me lo creo (que ya es mucho), ii) Que me transmitan calidad y encaje personal, iii) que entiendan que los inicios son duros, pero que esto es un proyecto de todos y que podemos crecer juntos y, iv) que, obviamente, aporten sus conocimientos y complementen a la gente que ya está
Cuando creas algo nuevo, todo el mundo se remanga. Yo misma me he autonombrado recadera y becaria del resto de compañeros. Todos tenemos un fin común, y el objetivo, tiene que ser hacerlo fácil a los demás, para que las cosas salgan bien y cuanto antes.
Desgraciadamente para mi, no soy competente en todo lo que me gustaría, y eso significa que, si para que la gente que sí lo es tenga tiempo hay que remangarse, por supuesto, encantada lo hago (gracias a mis años de becaria puedo picar datos, fotocopiar, encuadernar y clasificar con una destreza digna de cualquier imprenta). Nunca pensé que recortaría trozos de piel hasta la noche con una sonrisa en la cara.
Dicho esto, tengo que decir que, a día de hoy, estoy increíblemente feliz de haberme rodeado de la gente que, día a día, hace que Just-Ene cada vez esté más cerca de ser una realidad. De tener a gente a mi lado que se cree el proyecto tanto y a veces dudo si más que yo. Que cuando tengo un día bajo (que también los tengo), es capaz de darme una colleja y recordarme que tenemos algo genial entre manos. Que cuando las cosas no salen de una forma, no se atascan y buscan soluciones (me encanta este tipo de gente), y de hecho, las encuentran antes de que yo haya empezado a preocuparme. Que sienten suyo el proyecto tanto, como para poner todo su tiempo y su esfuerzo día a día. Sinceramente, GRACIAS EQUIPO.

No hay comentarios:
Publicar un comentario